lunes, 15 de febrero de 2021



Ser mujer nunca ha sido fácil, debemos entenderlo así. Hoy más que nunca con lo que pasa a nuestro alrededor, matemos la indiferencia.

Siento necesario contar la historia de una mujer que al enterarme de su caso me llena de rabia.

 Además de ser mi amiga, a quien conozco de sobremanera como una persona íntegra y la más dulce que pueda describir por el trato que siempre tiene hacia los demás, cómo callar este coraje y rabia al saber de casos como éste, donde una persona es amedrentada, valiéndose de su carácter noble y casi indefenso.

 Cuento y deseo difundir este caso para decir ¡YA BASTA! Y exaltar la fortaleza de mi amiga y su lucha contra el sistema laboral, penal y personal.

Esta amiga, de la cual omitiré su nombre por razones obvias de proteger su identidad y en base a posibles represalias, trabaja en una empresa cooperativista, liderada por un sindicato muy conocido del sector energético, ésta es su historia.

 Mi amiga fue designada como responsable en el área donde ella labora por parte del director general de dicha empresa, del cual omitiré su nombre.

 Cualquiera pensaría que eso es algo beneficioso, pero no en este caso.

Desde el primer día con su nuevo puesto, se le dieron diferentes encomiendas que ella fue cumpliendo cabalmente a partir de ese momento.

Fue víctima constante de una presión psicológica muy excesiva (cabe mencionar, además, que mi amiga nunca recibió mayor remuneración, aceptó el puesto por convicción y apoyo a su empresa, la cual siempre sus autoridades han manifestado que está en quiebra desde hace tiempo).

 Constantemente, el director general, quien era su jefe inmediato, la hostigaba diciéndole que ella no servía.

Las instrucciones se las daba regularmente por teléfono (WhatsApp y llamadas), poco claras y confusas, constantemente se contradecía en sus propias instrucciones, daba alguna con carácter de urgente y al siguiente rato cambiaba y le echaba la culpa de que no hacía las cosas como él quería, desistiéndose de la orden anterior dada por él mismo, siempre amenazándola con quitarla del puesto.

 Cualquier pretexto era bueno para llamarle la atención y decirle que era una incompetente. Constantemente siguió tomando ese comportamiento, regaño tras regaño, sin motivo alguno, incluso bloqueándola de WhatsApp, todo eso sin explicación alguna causando más incertidumbre, confusión y presión hacia ella por no saber que había hecho para que tomara esas acciones este sujeto.

 Cabe mencionar que desde que llega a esa empresa, este director, comenzó a denigrar a los compañeros, siempre humillándolos y presionándolos, incluso echándolos a pelear entre ellos.

 La presión y el sentimiento era tal, que mi amiga trataba de guardar la calma, ignorando sus presiones, groserías y amenazas, pero derrumbándose al final del día muchas veces con su madre, llorando de impotencia.

 También, muchas veces pensó en renunciar a pesar de la gran necesidad y cariño que tiene por su trabajo, del cual yo también he sido testigo de su amor a su empresa, literalmente un “amor a la camiseta”, cabe señalar que es su único sustento.

 Lo más lamentable es que esto no termina ahí, el director general ya no solo se metía con ella en la parte laboral, si no en lo personal y con su integridad, diciéndole que se pusiera a dieta, que se vistiera muy coqueta para que sus compañeros le dieran todo lo que ella les pidiera, pues el puesto de mi amiga requería del trabajo en conjunto con distintas áreas (la empresa en su mayoría, está constituida por hombres).

 En diferentes ocasiones, debido a las presiones y amenazas del director general hacia ella diciéndole que no servía, ella llegó a expresar su desacuerdo, diciéndole y cuestionándole el por qué si no servía la había puesto en ese cargo y responsabilidad, lo cual le molestaba al director general, quien muy tajante le decía “retírate, no quiero hablar, retírate de mi oficina”; cuando llegó a ser por teléfono, era muy grosero y le decía “es mi última palabra” y colgaba.

 A principios de enero de este año, el director le da la instrucción de que debe acompañarlo a un viaje de trabajo en una comisión junto con otros directivos, desde antes, el director le hizo comentarios incómodos diciéndole que se sentía muy solo y necesitaba una pareja, que necesitaba una mujer aquí en México (él es extranjero, boliviano).

 Durante el mismo trayecto en el viaje, mientras hablaba con alguien por teléfono, dijo que para eso se había llevado a mi amiga para que le quitara el frío, a la persona con la que hablaba, a lo cual ella hizo como que no lo escuchaba. Además, en otro momento le preguntó si tomaba (bebidas alcohólicas) insistentemente, a lo que ella respondió que no, él le dijo que por qué no, pues él tenía ganas de salir en la noche.

 Desde el nombramiento y durante el viaje, él le decía que ella pertenecía a su área y que como ella era la responsable, tenía que estar con él e irse con él a donde él le dijera.

 Durante el viaje hubo una cena y en la mesa él no le quitaba la vista, lo cual la incomodaba mucho e intranquilizaba a mi amiga. Le comenzó a mandar mensajes lascivos e incómodos como que era una “golosa” y “saboreaba muy rico”.

Ella sintió mucho miedo y apagó su celular, se paró de la mesa disimuladamente y fue al baño, ahí avisó a su hermana lo que estaba pasando, ella se encontraba lejos y muy preocupada le dijo que por favor le dijera a alguien lo que pasaba, así lo hizo y fue con el compañero al que tenía más confianza, de manera discreta se lo comentó, ella tenía mucho miedo, su compañero le dijo que se tranquilizara, que iba a estar al pendiente de ella. También se lo manifestó a otro de los directivos, quien solo le dijo “no pasa nada y si sigue lo mandas a la chingada”.

 Al terminar la cena, todos se irían a descansar en un área destinada a los demás compañeros y mi amiga a un hotel, por ser la única mujer de la comitiva, así lo habían planteado desde un principio, cuando se le dio aviso de que saldrían de viaje, pero al final resultó que el director también se iría al hotel, solo él y ella.

 Mi amiga estaba muy asustada y le dijo a su compañero discretamente “yo no me quiero ir sola con este señor, tengo miedo”, su compañero le dijo a otro “oye, tú te querías ir a un hotel ¿no?, por favor vete con ellos”, a lo cual el otro compañero accedió. Le dijo a ella “voy a estar al pendiente, por favor mantén tu celular encendido y cualquier cosa me llamas”.

 Una vez en el hotel, se encerró y no salió, tocaron la puerta y ella no respondió, en seguida el director le mandó mensaje diciendo “¿ya estás haciendo chis?”, así de literal y ofensivo, invadiendo totalmente su intimidad.

 Al día siguiente el director estaba muy serio e incluso enojado, las actividades de su trabajo siguieron y afortunadamente ya no se quedó sola con él en ningún momento.

 En otra ocasión, mi amiga y su esposo iban en trayecto al trabajo de ella y ella recibió una llamada del director dándole una tarea en específico y diciéndole que no se ocupara en nada más que eso, comenzó a regañarla otra vez diciendo que no estaba haciendo un buen trabajo en el área, volvió a amenazarla diciendo que pondría a alguien más porque ella no estaba haciendo lo que él quería, diciéndole: “ya son varias las que te he pasado y estás a prueba”.

 Le dijo: “necesito que utilices tus redes sociales personales para atraer a nuevas personas, necesito que te tomes fotos sexys y las publiques para atraer a los hombres, tienes que seducirlos para hacer nuevos clientes y enlaces con otras empresas y organizaciones”, y haciendo hincapié en que tenía que hacerlo porque él iba a estar monitoreando sus redes sociales personales asegurándose de que lo hiciera y si no lo hacía se atuviera a las consecuencias.

 Su esposo al oír todo esto que el director general le decía, se enojó mucho y le dijo que por qué permitía que este tipo la tratara de esa manera y le pidiera ese tipo de cosas, que le estaba faltando al respeto, él quería ir a buscarlo y reclamarle a lo cual ella lo calmó y convenció de que no lo hiciera pues habría más problemas, ella arreglaría las cosas y pondría un alto.

 Ante la insistencia de su esposo por poner un alto, decidieron que harían las denuncias correspondientes pues este tipo de tratos y peticiones son un delito, además de que después se supo que había antecedentes de otras víctimas que pasaron por situaciones similares en esta empresa y con el mismo sujeto, aunque no fueron denunciadas por razones desconocidas.

 Ese mismo día por la tarde, la secretaria del director fue a ver a mi amiga para darle la tarea de que difundiera otro tema por orden del director, eso era una instrucción contraria a lo que por la mañana el mismo director le había pedido acerca de solo dedicarse a un solo tema específico que él le había dado.

 Ella creyó en la palabra de la secretaria, pues muy seguido, las instrucciones del director eran muy cambiantes.

 Después otro directivo le pidió otra tarea y obedeció la instrucción (cabe señalar que el director no se manda solo y hay reglamentos y estatutos que él debe respetar en cuestión de los directivos, pues él, al ser un prestador de servicios externo, no puede pasar sobre ellos).

 Más tardó en hacerlo, que en lo que el director ya le estaba llamando a ella para reclamarle, diciéndole que no había seguido el lineamiento y que la sancionaría por incompetente e indisciplinada, que le haría un descuento en el pago de su quincena.

 Mi amiga fue a buscarlo para aclarar las situaciones y le manifestó que solo había seguido sus instrucciones a lo que el director le dijo que era su área y solo debía hacer caso a lo que él le ordenara. Muy enojado volvió a decirle “tú no sirves” señalando que era una incompetente y diciéndole nuevamente que era una indisciplinada y que ya no le iba a descontar en su quincena, que ahora la iba a quitar el puesto y además pondría a otro compañero diciéndole, que lo pondría a él para que él le diera las órdenes y a ver si así se disciplinaba. Lamentablemente, así lo hizo.

 Mi amiga ha sido víctima de acoso y hostigamiento laboral y sexual por esta persona, ha afectado a su persona de manera psicológica y moral, es lamentable que exista este tipo de actos y que además se encubran o se minimicen los hechos.

 No se vale ser cómplices, pues eso significa encubrir a alguien que está violentando a la gente, que violenta a las mujeres, se requiere unirnos por la defensa y libertad de las compañeras, por el respeto y derecho a trabajar en un ambiente sano y libre de violencia que además está plasmado en las leyes, específicamente en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida libre de Violencia.

 Se debe evitar a toda costa encubrir y ser cómplices de este tipo de actos con este tipo de agresores, el caso de mi amiga es un caso que además de complicado, tiene diversas omisiones y protecciones a este sujeto, y lo que es más inquietante es que esta persona sigue paseando como si nada en el lugar de trabajo de mi amiga, lo cual la hace más vulnerable al seguir conviviendo con él.

 Al día de hoy no ha habido solución en el lugar de trabajo y solo le dan largas que la hacen caer en el desánimo, haciéndola sentir como si ella fuera la que ha actuado mal, como si ella fuera la agresora y no la víctima. Al tipo lo han empoderado más y pareciera que no interesa el caso de mi amiga, durante el proceso por parte de la empresa hay anomalías y se dejó pasar mucho tiempo después de la denuncia, el agresor como si nada y los demás protegiéndolo como si él fuera la víctima.

 Es muy lamentable y penoso ver lo que está sucediendo en este país, sin embargo, es necesario alzar la voz a la sociedad, de ser posible gritarlo.

 Hacemos un llamado a la sociedad en especial a todas aquellas mujeres y hombres que sufren de violencia sexual, física, psicológica o cualquier tipo de violencia, y/o discriminación en cualquier espacio, en donde sea que se encuentren, alcen la voz, digamos basta a este tipo de violencia.

 No es normal ser maltratados, denigrados y humillados. No es normal sentir miedo e incomodidad en nuestro lugar de trabajo. No es normal ser acosados u hostigados sexualmente ni laboralmente. El 92% del acoso sexual y laboral no se denuncia, no es normal que el lugar de trabajo no sea un espacio seguro. Hagamos consciencia y exijamos justicia y respeto, es por todas y todos.

Ser mujer nunca ha sido fácil, debemos entenderlo así. Hoy más que nunca con lo que pasa a nuestro alrededor, matemos la indiferencia. Sie...